Cada Acción es
Importante
Se cuenta que había una vez un
escritor que vivía en una tranquila playa, cerca de un pueblo de pescadores.
Todas las mañanas andaba por la orilla del mar para inspirarse, y por las
tardes, se quedaba en casa escribiendo. Un día caminando por la playa, vio a un
joven que se dedicaba a recoger las estrellas de mar que había en la arena y,
una por una, las iba devolviendo al mar.
-¿Por qué haces esto?-preguntó el
escritor.
-¿No se da cuenta?-dijo el joven-. La
marea está baja y el sol brilla
. Las estrellas se secarán y morirán si las dejo
en la arena.
Joven, hay miles de kilómetros de
costa en este mundo y centenares de miles de estrellas de mar repartidas en la
playa. ¿Piensas acaso que vas a conseguir algo? Tú sólo retornas unas cuantas
estrellas al océano. Sea como sea la mayoría morirá.
El joven cogió otra estrella de la arena,
la retorno al mar, miró al escritor y le dijo:
-Al menos, habrá valido la pena para
esta estrella.
Aquella noche el escritor no durmió ni consiguió escribir nada. A primera
hora de la mañana se dirigió a la playa, se reunió con el joven y los dos juntos
continuaron devolviendo estrellas de mar al océano.